El creyente cristiano corre dos peligros: o ensalzar la humanidad de Cristo por encima de su divinidad, o olvidar la humanidad para enfatizar la divinidad. Creo que ambas aptitudes son un error ya que los católicos creemos en un Jesús que es “Dios y hombre verdadero”. Por eso superponer una naturaleza por encima de la otra es una distorsión de la figura de Cristo.
En estos tiempos parece que está más de moda olvidar la divinidad de Jesús para centrarse en su humanidad, convirtiéndolo muchas veces en una especie de “Che Guevara” de los tiempos del Imperio Romano. Estos creyentes obsesionados por la historia y lo “verídico”, tienen a Cristo tan sólo como “modelo humano” y “ejemplo a seguir”. Dudan de sus milagros y por eso evidentemente no le “piden nada” ni se creen muchas cosas de las que hablan los evangelios, pues se han de “interpretar correctamente”. Para ellos la Eucaristía es poco mas que un “Símbolo cualificado” como el resto de Sacramentos. Reducen la Iglesia a una pura organización humana y hacen desaparecer cualquier cosa que "huela" a misterio.
Luego están los otros, los que olvidando totalmente la humanidad de Cristo lo consideran una especie de Superman. Estos últimos no lo tienen como “modelo” sino que se afanan por pedirle todo tipo de cosas: que les cure de las enfermedades, que les encuentre trabajo, que les toque la quiniela... sin hacer nada ellos por su parte. Para todo tipo de problemas la solución es no hacer nada y llamar al Jesús-Superman para que lo arregle todo. Estos son muy cumplidores con todos los preceptos de la Iglesia, aunque solo en la forma, porque como todo es “misterioso e inexplicable” no intentan entender nada y se dedican a repetir como loros los mandamientos y las normas sin poner el corazón. Es aquí donde -de manera especial- surgen los problemas de doble moral. Al convertir a Dios en algo tan lejano, tan poco humano (pues no siguen al "modelo"), no encuentran el camino al Padre, navegando entre tinieblas.
Evidentemente he caricaturizado las posturas para hacerlas más reconocibles. En el fondo creo que todos nos decantamos hacia una de las dos posturas, poniendo el accento en la divinidad o en la humanidad. Lo difícil es encontrar el justo equilibrio sin caer en ninguno de los extremos. Quizás lo más sensato sea hacer caso al refranero popular: “A Dios rogando y con el mazo dando”...
En estos tiempos parece que está más de moda olvidar la divinidad de Jesús para centrarse en su humanidad, convirtiéndolo muchas veces en una especie de “Che Guevara” de los tiempos del Imperio Romano. Estos creyentes obsesionados por la historia y lo “verídico”, tienen a Cristo tan sólo como “modelo humano” y “ejemplo a seguir”. Dudan de sus milagros y por eso evidentemente no le “piden nada” ni se creen muchas cosas de las que hablan los evangelios, pues se han de “interpretar correctamente”. Para ellos la Eucaristía es poco mas que un “Símbolo cualificado” como el resto de Sacramentos. Reducen la Iglesia a una pura organización humana y hacen desaparecer cualquier cosa que "huela" a misterio.
Luego están los otros, los que olvidando totalmente la humanidad de Cristo lo consideran una especie de Superman. Estos últimos no lo tienen como “modelo” sino que se afanan por pedirle todo tipo de cosas: que les cure de las enfermedades, que les encuentre trabajo, que les toque la quiniela... sin hacer nada ellos por su parte. Para todo tipo de problemas la solución es no hacer nada y llamar al Jesús-Superman para que lo arregle todo. Estos son muy cumplidores con todos los preceptos de la Iglesia, aunque solo en la forma, porque como todo es “misterioso e inexplicable” no intentan entender nada y se dedican a repetir como loros los mandamientos y las normas sin poner el corazón. Es aquí donde -de manera especial- surgen los problemas de doble moral. Al convertir a Dios en algo tan lejano, tan poco humano (pues no siguen al "modelo"), no encuentran el camino al Padre, navegando entre tinieblas.
Evidentemente he caricaturizado las posturas para hacerlas más reconocibles. En el fondo creo que todos nos decantamos hacia una de las dos posturas, poniendo el accento en la divinidad o en la humanidad. Lo difícil es encontrar el justo equilibrio sin caer en ninguno de los extremos. Quizás lo más sensato sea hacer caso al refranero popular: “A Dios rogando y con el mazo dando”...
5 comentarios:
Un error que cometemos casi desde los tiempos del mismo Jesús, ¿no? Recordar sino las "herejías" que al respecto registra la historia (no sabría hacerlo yo).
José, creo que en el primer párrafo se han invertido los términos:
(...)ensalzar la humanidad de Cristo por encima de su divinidad, o olvidar la divinidad para enfatizar la humanidad (...)
Todo muy interesante.
Saludos.
justo te he usado para contestar a una persona en un foro:
http://foros.marianistas.org/showpost.php?p=65169&postcount=58
espero q no te importe
Muchas gracias Juan Ignacio por tu observacion, ya lo he corregido. Si tienes razon esta tensión entre humanidad y divinidad ha marcado toda la historia de la Iglesia y de la Teologia...
NESKA, no me importa nada todo lo contrario ¡gracias!. Por cierto, ahora ¡ya se como eres!(vi tu foto).
Me gusta conocer el rostro de la gente con la que hablo, considero que humaniza el trato en la red ¿no crees?
CAPICCI NESKA...(aveces la vida es complicada)
Gracias hermano por este espacio en el que no te da verguenza dar razón de tu fe.
Soy sacerdote y te saludo desde Tierra Santa en la ciudad de Haifa
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