Esta semana mi novia y yo hemos elegido la música que acompañará a la liturgia de la celebración de nuestra boda de aquí a quince días. La música será de órgano, ya que la iglesia en la que nos casamos (nuestra parroquia) dispone de uno muy bueno.
Este que veis en la foto es el organista, se llama Joan-Xavier V., y es seminarista. Él nos explicó varias anécdotas del Maestro del Barroco, Johann Sebastián Bach. Nos dijo que era una persona muy profunda y religiosa, y que murió después de una dolorosa y larga enfermedad. Por lo visto para Bach –como era músico- el cielo era un lugar donde podría escuchar todas las melodías habidas y por haber, compuestas por el Gran Maestro.
Supongo que eso del cielo cada cual se lo imagina como puede. Si uno es pastelero, se lo imaginará con pasteles, si uno tiene una floristería se lo imaginará lleno de flores, si a uno le gusta el fútbol....
Yo no se como será el cielo pero me ayuda pensar que habrá lo mismo que aquí en la tierra, pero sin lo malo y en un grado supremo. Es decir, lo mejor de lo mejor en todos los sentidos.
Mientras tanto me conformo con escuchar a Bach interpretado por nuestro amigo Joan-Xavier...
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