POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS

Me sucedió ayer mismo al salir de misa. El párroco de mi parroquia, después de misa pone un CD de canto gregoriano. La primera canción del disco es un repique de campanas. Son campanas alegres que anuncian algo bueno y dura un buen rato.
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Como decía, al salir de misa se me acercó una viejecita y me preguntó si yo sabía cual era el disco que ponía el sacerdote, y dónde lo podía adquirir. Sin yo preguntarle nada me dijo que lo quería para el día de su propia defunción. Me quedé extrañado y ella me explicó que era su deseo que cuando muriera le gustaría que repicasen las campanas, pero como tenía vergüenza de pedírselo al cura, quería comprar el CD para que lo pusieran en su casa el día de su defunción.
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Todo esto lo decía con una enorme paz y alegría. Normalmente la gente mayor habla con tristeza del día de su muerte. Lógico, somos humanos. Esta señora no; entendía su muerte como algo alegre, como una fiesta y quería que la celebrasen con campanadas, por todo lo alto. Lógico, somos cristianos.
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