abril 27, 2011

Posponer la maternidad


Cada vez conozco a más parejas que deciden retrasar el tener hijos hasta bien pasados los treinta años y algunas  hasta incluso los cuarenta.  Normalmente se trata de parejas en las que ambos trabajan, que tienen vivienda, coches, y además cuentan con todas las comodidades. 

Los motivos tomar esta decisión suelen ser muy variados, pero la mayoría de parejas que conozco consideran que tener un hijo les afectará negativamente tanto en su calidad de vida como en su futuro profesional. De hecho, para ser más exactos, los que temen por su calidad de vida suelen ser más los hombres, mientras que las que temen por su futuro profesional suelen ser las mujeres….

Estas parejas creen, de manera algo ingenua, que el día que decidan tener un hijo su naturaleza responderá generosamente. Están convencidas de que si esto no sucede, igualmente podrán tener el hijo deseado puesto que creen ciegamente en la ciencia moderna, y además, si esta falla,  siempre quedará la opción de la adopción. 

Creo que quizás no sean plenamente conscientes de que al dejar pasar los años más fértiles de su vida están dejando pasar también las mejores oportunidades para ser padres y madres sin riesgos para las mujeres ni para sus bebés, y además de manera más natural y con mayores garantías. 

Por desgracia también conozco parejas y personas mayores que yo, que me cuentan que después de retrasar al máximo su paternidad/maternidad el bebé deseado no llegó en el tiempo previsto, o incluso no llegó nunca…. 

En cambio lo que si que puede llegar es la angustia y la desesperación. Pues aquello que antes era algo parecido a un simple capricho se acaba convirtiendo, con el paso de los días, meses y años, en una necesidad vital. En el caso de las mujeres les puede hacer perder su propia autoestima, invadiéndoles un terrible sentimiento de culpabilidad que en algunos casos incluso puede  llegar a poner en peligro sus matrimonios. 

Según me ha contado alguna amiga se trata de un dolor auténtico, real y profundo;  es como llorar a un hijo que nunca has tenido. De hecho este vacío en el alma sólo lo pueden llegar a superar con el paso del tiempo  y, no pocas veces, con la ayuda de un profesional. 

Conocer estos casos me ayuda a valorar más el poder tener hijos, y a querer más a mi mujer y a mis hijos. Por eso cuando alguna pareja me comenta que han decidido posponer los hijos yo les recomiendo que se lo piensen dos veces y que solo se retrasa lo malo, pero nunca lo bueno. Y que los hijos, lejos de ser un obstáculo en la vida, ¡son una motivación para superarnos y ser mejores personas!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya somos muchos en el mundo... No hay que ser egoístas, mejor adoptar a un niño sin hogar.

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