abril 26, 2009

La Pobreza Invisible

Hace poco Càritas Interparroquial de Figueres hizo público el trabajo de investigación titulado "Pobreza, marginación y exclusión social en el Alt Empordà", en el que se intenta hacer una radiografía de la pobreza en todas las poblaciones de la comarca, indicando alguna de sus causas y consecuencias.

Con respecto a nuestra ciudad de Figueres, el estudio concluye que las principales problemáticas de Figueres se centran en cuatro aspectos: las problemáticas asociadas al trabajo, la vivienda, la inmigración extranjera y, por último, la estigmatización de determinados barrios de la ciudad.

Aunque el trabajo no es exhaustivo, creo que puede ser una buena herramienta para la reflexión y un punto de partida para concienciar a la ciudadanía y a los poderes públicos de los verdaderos problemas de la ciudad. Quizás algunas afirmaciones del documento podrían ser matizadas o acompañadas de más datos y estadísticas, pero la realidad es que -guste o no- el contenido del trabajo es cierto, y éste hecho nos tendría que llevar a la reflexión.

Al leer el documento no nos llevamos ninguna sorpresa; que los jóvenes lo tienen difícil para pagar un piso, que los salarios son bajos o que hay mucha gente a la que le preocupa el tema de la inmigración ciertamente no constituye ninguna novedad. Y es precisamente esta falta de sorpresa lo que más nos tendría que alarmar, porque significa que los figuerenses nos hemos acostumbrado a convivir con la pobreza, que la hemos aceptado y nos hemos resignado a su presencia entre nosotros. Y ésta es la mejor manera de perpetuar la pobreza; no luchar contra ella.

Nuestros ojos no pueden acostumbrarse a contemplar la pobreza como un elemento más de nuestro paisaje urbano, como quien ve el monumento a Narcís Monturiol o los árboles de la rambla. No. La pobreza no puede ser tolerada ya que la pobreza deshumaniza al hombre, atenta contra su dignidad y es un obstáculo para el desarrollo real de cualquier sociedad.Pero para combatir de forma eficaz la pobreza tenemos que profundizar en sus causas y por eso se necesario considerar que la pobreza no es un elemento natural, sino que es un elemento social que tiene su origen en el hombre mismo, ya que es fruto de sus ideas, de sus malas decisiones y de la mala gestión de los recursos: la pobreza es una cara del fracaso del hombre.

Cuando se habla de pobreza uno tiende a pensar en la pobreza material, pero de acuerdo con el anterior, se hace evidente que existe otro tipo de pobreza, una pobreza invisible, que es causa de la primera: la pobreza de valores.

Si un trabajador no cobra un salario digno quizás detrás hay un empresario que se quiere enriquecer injustamente, si un piso es muy caro seguro que algún promotor se está embolsando más dinero de lo que le corresponde, si se hace un comentario racista quizás sea porque existe incomprensión debido a una falta de comunicación entre personas de culturas diferentes, …por comentar tan sólo unos ejemplos.

Todas las acciones del hombre son manifestaciones de su interior, de sus pensamientos, de su visión del mundo, y precisamente los valores de una persona son los que la configuran como persona misma y los que determinan su comportamiento, influyendo así en su toma de decisiones.

Los sociólogos y economistas coinciden en que la actual crisis financiera es fruto de ésta crisis de valores que afecta a occidente desde hace décadas, y de que se trata también de una crisis de ideas, de una crisis de un modelo de persona y de sociedad. Crisis que pone de manifiesto que el consumismo exacerbando, a largo plazo, es perjudicial para la sociedad en su conjunto, beneficiando sólo a unos pocos; pues la riqueza que no repercute en beneficio de muchos no es sinónimo de prosperidad sino todo lo contrario.

Un cambio de aptitudes en ciertos comportamientos abusivos y en ciertas políticas que con el tiempo no han resultado poco o nada eficaces sería un buen comienzo para luchar contra la pobreza en nuestra ciudad. No se trata tanto de buscar responsables como de encontrar soluciones entre todos. No podemos pactar con la mediocridad, la pobreza -tanto la material como la de valores- es una lacra social, algo que perjudica al hombre tanto individual como socialmente y que genera insatisfacciones de todo tipo, gasto público e infelicidad.

Como decía al principio, el documento de Càritas Interparroquial puede ser una buena herramienta para la reflexión, pero esta reflexión tiene que ir seguida de una acción, tanto por parte de los poderes públicos como de los ciudadanos, ya que en cierta medida todos somos un poco responsables, y por lo tanto, formamos parte de la solución.


Artículo publicado en el periòdico HORA NOVA (original en catalàn)

2 comentarios:

Salvador Pérez Alayón dijo...

Realmente es muy importante conocer y adentrarnos en lo que pasa a nuestro alrededor, porque en eso se concreta el amor. Y la pobreza es más un concepto que tenemos asumido, que una realidad real que existe.
No hay pobreza, sino personas que son explotadas, apartadas, excluidas y marginadas de toda oportunidad y ayuda de conseguir un salario digno para vivir y conseguir lo necesario.
Ahora mismo, los que sufren son los de abajo; los que siempre están pendiente de un hilo; los que ocupan los últimos puestos. Porque los funcionarios, los sueldos políticos, sanitarios, profesorados, y los grandes empresarios lo tienen a buen recaudo.
Por otro lado, las distribución no es equitativa, ni se distribuye compensatoriamente. y todo eso por lo tú dices: "hay una crisis de valores". No se es solidario; no se comparte; cada uno a sus intereses; no se considera al otro una persona con los mismos derechos que tú, sino que cada uno va a pisar al otro para conseguir lo suyo, y que el otro se busque su salida como pueda y así sucede lo que estamos viviendo y pasando.
Todo depende de todos, y para concretar podemos empezar por repatir algo de nuestro sueldo, indudablemente los que puedan, y organizarlo en un frente común y organizado para distribuirlo debidamente y justamente. Claro, eso sólo se puede hacer desde la Comunidad Iclesial o Cáritas. ¡Qué importancia tiene la Iglesia! No hay nadie que lo pueda hacer, ni que tenga crédito, para hacerlo, como ella.
Un abrazo.

Jose Menchon dijo...

No hay pobreza, sino personas....estas palabras me han hecho reflexionar. Solo existe lo concreto. Gracias!

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