Distinguir aquellos que no lo son y evitar frecuentarlos es signo de madurez y muestra del deseo de profundizar en la doctrina auténtica del Magisterio de la Iglesia
La presencia de la fe en Internet, concretamente de la fe católica, es una realidad cada vez más pujante. Muchas personas se valen del esfuerzo que supone mantener a flote una web confesional para hacer consultas, profundizar en temas u orientarse sobre la opinión del Magisterio en éste o aquel punto de actualidad.
Sin embargo, es más o menos frecuente encontrarse con portales que se autodefinen como católicos y que no lo son. ¿Qué criterios seguir para identificarlos?
1. No basta considerarse católico
Lo primero que debe quedar claro es que la auto denominación de católico no es razón suficiente para que un portal lo sea de modo efectivo.
Algunas páginas se registran con ese apelativo porque saben que puede ganarles más visitas cuando las personas colocan la palabra católico en un buscador comercial.
¿Y por qué se califican católicos si no lo son? Posiblemente porque privarse de ese título, aunque no esté justificado, les haría pasar desapercibidos. Algunos tienen como cometido llegar a fieles católicos pero no para ayudarlos a crecer en su fe, sino para apartarlos de ella, confundirlos sembrando en ellos la duda y motivándolos a entenderla paralelamente al Magisterio de la Iglesia legítimamente interpretado y transmitido por el Papa.
2. La afinidad con el Magisterio
Un criterio inicial para discernir si tal o cual portal es o no católico es la afinidad que tiene con el Magisterio de la Iglesia y del Papa.
Un portal católico jamás iría contra las enseñanzas de la Iglesia, sobre todo en temas de moral, eclesiología o sacramentos. Si sucede es mala señal.
Cuando un portal da mucho espacio a articulistas que, más que explicar y hacer todavía más asequible a muchos el Magisterio de la Iglesia, se dedican a criticar y promover prácticas contrarias a lo que el Papa o, en virtud de su puesto, sus colaboradores más cercanos dicen o transmiten, hay motivos para dudar de la catolicidad de esa página de Internet.
Cuando un web site ofrece sistemáticamente doctrina contraria, por ejemplo en temas concretos que defendemos los católicos como la presencia real de Cristo en la Eucaristía, la virginidad perpetua de María o la comunión de los santos, hay razones de sobra para tildar a esa web como desaconsejable y contraria a la fe católica.
3. Quién está detrás de un portal
Un portal auténticamente católico está vinculado normalmente a:
1) La Santa Sede o un organismo dependiente directamente de ella (por ejemplo un dicasterio como el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, entre muchos otros); es por así decir, un portal institucional de la Iglesia, del Vaticano.
2) Una congregación, orden religiosa o movimiento de apostolado debida y previamente aprobados por la Iglesia (por ejemplo el portal del Opus Dei, del Regnum Christi, del Camino Neo Catecumenal, de los Focolares, etc.).
3) Organizaciones de cariz católica aprobadas por la Iglesia (por ejemplo Manos Unidas, Caritas, Ayuda a la Iglesia Necesitadas, etc.). Hay que tomar en cuenta que las hay de distintos tipos: hospitalarias, educativas, sanitarias, de acogida, asilos, de caridad, informativos o de comunicación, etc., y que a su vez “certifican” a otros que dependen de ellas.
4) Diócesis y parroquias.
5) Católicos (seglares o consagrados) que a título personal deciden emprender una iniciativa donde su fe es el marco que le da cohesión, marca al proyecto como rasgo distintivo y lo pone en marcha.
Ciertamente no hay un organismo encargado de conferir cédulas de catolicidad a portales en Internet. Sin embargo, quien quiere no sólo denominarse sino efectivamente estar vinculado a la ortodoxia católica, trata de asociarse a organismos ya reconocidos cuando se trata de proyectos dentro del punto cinco. Esto permite valorar mejor y apreciar más el esfuerzo de conjunto.
Así, por ejemplo, hay grupo de comunicadores que se asocian a entes como la Federación Internacional de Agencias de Prensa Católicas o a la Asociación Católica Mundial para la Comunicación, por citar un caso concreto.
Tener a un organismo reconocido detrás de un proyecto, le da más seriedad a un portal digital y también produce confianza en quien visita la página.
Es verdad que, no obstante lo anterior, hay algunas direcciones en la red que pese a tener una vinculación ‘oficial’, no son fieles al Magisterio. A ellas podemos valorarlas desde el criterio general número dos.
Si se desea perseverar y crecer en la fe auténticamente católica, valiéndose de los recursos de Internet, es preciso navegar en la red por portales que de verdad permitan hacerlo. Distinguir aquellos que no lo son y evitar frecuentarlos, es signo de madurez, de dominio y muestra del deseo de profundizar en la doctrina auténtica del Magisterio de la Iglesia.
1 comentario:
Es bueno divulgar estas precauciones, porque hay portales que aprovechan las circunstancias para buscar sus propios intereses. El creyente cristiano es seguidor de JESUCRISTO dentro de su Iglesia apostólica y todo lo que se aparte de ahí huele mal.
Un abrazo.
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