La gran tradición que tiene en ambientes cristianos la Fiesta de Todos los Santos se remonta a muchos siglos atrás. La celebración de la conmemoración de los difuntos, al día siguiente, es posterior.
Las dos fiestas cristianas, deformadas, recalaron en países no latinos para transformarse en una fiesta pagana: Halloween.
Las dos fiestas cristianas, deformadas, recalaron en países no latinos para transformarse en una fiesta pagana: Halloween.
La fiesta de Todos los Santos que ya se celebraba con anterioridad en la Iglesia de Roma, fue transferida por el Papa Gregorio III (731-741) al 1 de noviembre. Gregorio IV (827-844) extendió esta fiesta a toda la Iglesia.
Aunque la costumbre de orar por las personas que han muerto y celebrar misa por ellas es tan antigua como la Iglesia, la fiesta litúrgica por los difuntos se remonta al 2 de noviembre de 998, instituida por San Odilón, monje benedictino y quinto abad de Cluny, en el sur de Francia. En el siglo XIV, Roma adoptó esta práctica. La fiesta fue gradualmente expandiéndose por toda la Iglesia.
El nombre Halloween no es sino la deformación estadounidense del término, que en el inglés de Irlanda es “All Hallows' Eve”: Vigilia de Todos los Santos.
Esta antiquísima fiesta llegó a Estados Unidos junto a los emigrantes irlandeses y allí arraigó para sufrir luego una radical transformación.
De las pantallas de Hollywood la moda de Halloween llegó hace no muchos años a la vieja Europa. Y he aquí que, abandonando la riqueza cultural de la Fiesta de Todos los Santos, por no decir religiosa, la vieja Europa se puso una calabaza en la cabeza y se dedicó a conjurar el miedo a la muerte con una fiesta infantil, que está a medio camino entre el carnaval y la petición del aguinaldo, que hacen los niños cristianos de tradición latina en Navidad.
Para más información: http://www.todoslossantos.cl/
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