El pasado fin de semana, en la reunión anual de los Grupos de Oración y Amistad (G.O.A), me invitaron a que diera mi "testimonio de vida" ante el público asistente.
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Entre otras cosas les intenté explicar la necesidad de la oración. Creo que nunca insistiremos bastante en este tema. Al igual que toda relación humana de amistad se basa en el diálogo, la relación con Dios también.
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Rezar es hablar con Dios. ¿De que?,pues de todo, lo mismo que se habla con un buen amigo. Y lo mismo que en el diálogo, es tan importante hablar como escuchar. A Dios hay que aprender a escucharlo, porque aunque no sea muy parlanchín lo cierto es que siempre tiene cosas que decirnos y nos las dice de muchas formas....¡Solo hay que afinar el oido y abrir el corazón!
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Y ya sólo nos queda ser valientes y generosos para poner en práctica lo que la oración nos haga descubrir porque obedecer tarde equivale a no obedecer, y como dice el refrán "Obras son amores, y no buenas razones"...
4 comentarios:
Para afinar el oído, según mi maestro de canto en el seminario, lo primero que hay que hacer es guardar silencio, lo mismo pasa con la oración. Tanto clamamos a Dios que a veces no lo escuchamos, y Él simplemente quiere estar ahí, como quien es: Tan cercano, que nosotros le marcamos la distancia. Bueno, el nombre en hebreo YHWH o Yahvé (o Jehová) quiere decir eso: Yo estaré (ahí) contigo, porque soy yo.
¡Muy Bueno!Gracias!!!
Hola Jose:
De acuerdo con tu entrada y con el comentario de Cristián. Además, quisiera aportar, que haciendo participe a Dios de toda nuestra vida, con nuestros momentos buenos y no tan buenos, también oramos con Él, pues lo estamos haciendo presente.
Gracias.
En los Dos Corazones
El trabajo, o el estudio, también es oración, si lo hacemos cara a Dios.
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