Ya he finalizado mis vacaciones. Durante estos días he estado viviendo en la montaña rodeado de espléndidos paisajes de montaña. A veces creo que las ciudades alienan un poco al hombre. Que tanto asfalto y hormigón nos hace perder el contacto con lo esencial de nosotros mismos, que nos convertimos en menos humanos.
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Contemplar la naturaleza me hace sentir más puro, más cercano a la Belleza, a la Bondad, a la Paz. Y no puedo más que sentirme agradecido por tantas cosas buenas y bellas que me rodean.
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Me han explicado que una vez –esto es cierto- un campesino de Gerona se dirigió al Párroco de su pueblo y le dijo: -No se porque se empeña Usted tanto en explicar la existencia de Dios. Yo con ver crecer mis plantas cada día tengo suficiente.
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Fantástico. Yo también.
2 comentarios:
¡Hola!
Leí las palabras del campesino de Gerona y se me han quedado tan grabadas que anoche estuve dándole vueltas en mi cabeza. Hoy por la mañana dudaba yo dónde lo había leído y estaba intrigado. Por fin recordé.
Esto me sirvió, no obstante, para recordar una oración tan profunda y sencilla, como la del campesino, de mi amado libro de bendiciones del rabbí Michael Shire (traduzco del inglés y no del hebreo):
'Bendito seas Tú, Fuente de toda Vida, que creas flores perfumadas.
Bendito seas Tú, Fuente de toda Vida, que creas dulces aromas.
Bendito seas Tú, Fuente de toda Vida, que renuevas el trabajo de la creación todos los días.
Bendito seas Tú, Fuente de toda Vida, que llenas de belleza al mundo.
Bendito seas Tú, Fuente de toda Vida, que recuerdas Tu Alianza y que guardas Tu promesa a Noé [para los arcoiris].
Bendito seas Tú, Fuente de toda Vida, cuyo mundo no carece de nada, que creas buenos árboles para nuestro disfrute.'
Es una bendición muy bella, muchas gracias por compartirla con nosotros.
Existe un tipo de "sabiduria de la gente sencilla", que es envidiable y que no se aprende en los libros, ¿Verdad?
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