La palabra “reposo” quiere decir posar, hacer una pausa, y también depositar, dejar que se deposite todo aquello que en nuestra actividad, en nuestra vida, frecuentemente se convierte en una polvareda interior que impide ver claramente el sentido de la vida.
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Dios el séptimo día descansó. Evidentemente Él no lo necesitaba, pero teníamos necesidad nosotros de su enseñanza respecto a que hay que reposar.
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La palabra”vacaciones” viene del latín vacare, que quería decir abstenerse de las actividades normales para concentrarse en algo diferente.
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También presente en un salmo bíblico (vacate et videte quia Dominus ego sum), el término orienta a tomar una vacación, dejar todas nuestras actividades para darnos cuenta de lo más importante que existe en el mundo, o sea, que existe Dios.
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Y es que la vacación es todo lo contrario a una fuga; no quiere decir alienarse, distraerse, sino que por sí quiere decir concentrarse en algo, abstenerse de las demás actividades para concentrarse en lo fundamental, en aquél famoso “una sola cosa es necesaria”.
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Tal vez el sentido más bello de las vacaciones sería precisamente retomar un contacto íntimo, profundo, con la raíz de nuestro ser, que es Dios.
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En este contexto las vacaciones deberían ser, en el curso del año, precisamente estos días en que, a través de la contemplación de la naturaleza, la lectura de la Palabra de Dios, permiten entrar un poco dentro de sí, en uno mismo, retomar contacto con las motivaciones profunda de la vida.
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Parece significativo que la palabra con la que se indica todo este tiempo en el curso del año en lengua inglesa sea holydays, que quiere decir “días santos”, días que hay que dedicar a la santidad.
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Este sentido de las palabras nos permite ver cómo en el origen de esta actividad del hombre que es la vacación, la feria, el reposo, etc., hay algo profundamente distinto del sentimiento actual que entiende la vacación como tiempo para distraerse, aturdirse, hacer cosas raras.
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No es que las vacaciones no deban servir también para divertirse, para distraerse, pero son un don hecho al hombre para descubrir algo; no es un tiempo para perder, para quemar, sino un tiempo para valorar al máximo.<<<<<<<
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Extraido de la meditación del Padre Raniero Cantalamessa (ZENIT.org)
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Extraido de la meditación del Padre Raniero Cantalamessa (ZENIT.org)
2 comentarios:
Me gustaría pasar unas vacaciones en su más profundo sentido etimológico. Pero en mi caso suelen ser muy cortas y tengo responsabilidades familiares. Por mi parte, busco a Jesús. En ello llevo ya muchos años, no es algo nuevo. Durante mucho tiempo estudié a los místicos en este deseo y necesidad de Jesús. Gracias a ellos comprendí que se puede creer en Jesús sólo por el hecho de no cansarse de buscar. A menudo pienso que es Jesús quien me mantiene en esta búsqueda de Él. Como persona culta, a veces me sobra erudición en la materia. Sin embargo me falta lo más importante: el corazón. No es que no tenga corazón - de caro: amor -, es que me falta todo el caro para amar a Jesús sin límites. Te admiro por tu fe, por tu continuidad. Hace años también yo rezaba. Aunque suene raro era lo que más me gustaba, en donde mejor me sentía. Oraba en los trayectos, en las responsabilidades, cuando trabajaba e incluso durmiendo. Aquello sí que fue el estado de felicidad, pues aunque las circunstancias no fueron durante aquellos años las mejores de mi vida, no obstante mi vida interior era plena. Hoy se puede decir que perdí a Jesús. Pero le sigo buscando. Clara
Queridísima Clara,
Gracias de todo corazón por tu testimonio.
No desfallezcas ¡Jesus nunca se aparta de tí!
Amar a Jesús sin limites (a eso se le llama buscar la Santidad) no es cosa de un día ni de dos, sino de todos los días de nuestra vida.
Pero para prosperar no podemos hacer el camino solos, necesitamos compañia, para ello es bueno pertenecer o colaborar con alguna comunidad parroquial, o de algún movimiento o asciación, tener un director espiritual y sobre todo frecuentar los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía.
También Ayuda (y mucho) tener devoción a María, la Madre de Dios, y pedirle una mayor conversión.
Pero todo esto con el convencimiento TOTAL Y ABSOLUTO de que DIOS TE AMA ¡ya mismo! tal y como eres.
Ofrecele a Dios todas las cosas buenas que haces durante el día (que seguro que son muchísimas), y dale gracias por todo lo bueno de tu vida (que seguro que es mucho).
Queridísima Clara, te diría muchas más cosas pero no me parece adecuado hacerlo "en público", tan solo te diré que rezaré por tí, pero...¡¡¡tu también lo has de hacer por mi!!!! ¿Vale?
Creo que estas muy cerca, muy cerca...¡¡¡ANIMO AMIGA!!!
Saludos
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