junio 23, 2006

EL ARTE DE ENSEÑAR


El otro día fuimos a encargar las flores para nuestra boda y casualmente me encontré con una antigua profesora que me había impartido clases cuando yo era niño. Nos saludamos afectuosamente y estuvimos charlando un buen rato mientras nos atendían.

Yo siempre he mantenido muy buena relación con mis profesores. Valoro mucho su trabajo, lo encuentro realmente admirable. Considero que la educación y la enseñanza son unos de los pilares de la sociedad.

He tenido muchos profesoras y profesores a lo largo de mi vida, y evidentemente los ha habido de todos los colores, pero de todos guardo un buen recuerdo y me siento en deuda con ellos. Yo -en cierta medida- soy el resultado de sus enseñanzas, de sus inquietudes, de sus afanes. Enseñar es un arte; los profesores esculpen ciudadanos, construyen personas, pintan almas. Son hacedores del futuro y frecuentemente no se les valora como tales y se les toma por niñeras.

Durante unos meses, colgué la toga, y probé eso de ser profesor haciendo una substitución en un colegio de Gerona (esos monstruitos que veis en la foto fueron mis alumnos). Descubrí lo duro y bonito que es la profesión de enseñar. Aprendí mucho de los niños, pero me di cuenta que no era lo mío. Ser profesor es más que un trabajo, es una vocación. Si educar es un arte, el profesor ha de ser un artista.
Como se dice a los buenos Toreros ¡Gracias Maestro!

2 comentarios:

Alberto Portoles dijo...

LLevo muchos años moviéndome en ambientes escolares y soy testigo de la dureza de un trabajo que en estos momentos está tan poco valorado. Un fenómeno sorprendente es la actitud de los padres frente al profesor/a y en defensa total y absoluta del hijo. Es absurdo que se de la razón a un niño frente al adulto, que es un profesional y que lo quiere es educar a esa cristura. La mayor parte de las veces es una de las muchas trampas en que caen los padres y que luego tienen que pagar muy caras como se comprueba en las denuncias de padres contra hijos que están proliferando. Habría que decir con un grito ecologista: ¿Salvemos a nuestros profesores!
Y por cierto, tienen un blog simpático y muy sugerente, te voy a leer con toda la frefuencia que pueda. Además eres optimista, gracias.

Jose Menchon dijo...

Muchas gracias Alberto!!!!
Tienes toda la razon, pero el problema es de mayores dimensiones, ya que se inscribe dentro de la conocida "crisis de autoridad"; no reconocemos a ninguna autoridad por encima nuestro. Los niños son un espejo aumentado de lo que son los padres...

Te deseo toda la suerte del mundo.

Gracias por los piropos. Tu Blog es Genial, fue un placer descubrirlo!!!

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