Llega a las librerías La sangre del pelícano, una novela editada por LibrosLibres llena de interrogantes sobrenaturales inteligentemente justificados a lo largo del hilo argumental, en la que el enfrentamiento secular entre el Bien y el Mal alcanza su cenit. El celebrado autor Miguel Aranguren, reformula en esta obra el thriller espiritual –devaluado desde El Código da Vinci-, conformando una novela donde el respeto a lo sagrado contribuye a dibujar una de las tramas policíacas más sorpren dentes y mejor argumentadas de los últimos tiempos.
Miguel Aranguren (1970) firma un relato de tensión creciente según los cánones de los mejores bestsellers que no dará tregua a la imaginación del lector hasta la última página. Se trata de su séptima novela y de su primera incursión en el género policíaco. En ella, se superponen cinco tramas ambientadas en cinco rincones del mundo aparentemente sin conexión -Granada, París, Roma, Cantón y Nueva York- que confluyen en la Ciudad Eterna.
La obra presenta una de las parejas más curiosas y sugerentes de la literatura de misterio: el descreído y espontáneo comisario Luigi Monticone y el inteligente sacerdote Albertino Guiotta. Ambos se enfrentan –desde la fe y la astucia, desde la reflexión y la espontaneidad- a una sucesión de horribles crímenes en los que se adivina la sombra del Diablo y que buscan la destrucción de la Iglesia Católica.
Todo comienza en Roma, cuando en los jardines de Villa Borghese un perro descubre el cadáver decapitado de un hombre al que, además, han quemado las huellas dactilares. En seguida Albertino Guiotta, un sacerdote que en el pasado tuvo un desafortunado encuentro con una secta satánica, se ve envuelto en una cadena de crímenes que buscan, premeditadamente, ir minando lugares alrededor del mundo que son pilares para la fe de la Iglesia. Lucifer ha vuelto dispuesto a culminar una terrible venganza contra el sacerdote. La batalla se extiende por todo el mundo, y no tendrá cuartel.
La novela no sólo se detiene en Roma. Francia vive con asombro el fenómeno de un santón agnóstico que resucita supuestamente muertos ante las miles de personas que le siguen por todas partes. Y en China la Iglesia perseguida recibe la visita de un personaje muy peligroso. Granada es otra de las ciudades en las que recala La sangre del pelícano: un convento de clarisas sufre una serie de violentos ataques sin explicación. Y por último, la sede de las Naciones Unidas será el escenario de un enfrentamiento a cara descubierta entre el Bien y el Mal. Todas estas tramas confluyen en la Ciudad Eterna.
"El Código da Vinci utilizó de forma deliberada la mentira, la desinformación y la calumnia contra la Iglesia Católica. Aprovechando el tirón de su innegable éxito, muchos escritores han publicado otras novelas que también se basan en una falsedad interesada contra esta institución". Por este motivo, Miguel Aranguren considera que era necesario recuperar para el género policíaco una novela de enorme intriga que deje al lector sin aliento desde la primera a la última página, "pero desde el respeto a lo sagrado y con una argumentación coherente".
Uno de los aspectos más sorprendentes de La sangre del pelícano es la aparición de personajes reales, como la Madre Teresa de Calcuta y Juan Pablo II. Al respecto, el escritor indica que estos "son algo más que personajes reales. Su paso por la tierra les ha convertido en auténticos heraldos, en símbolos de la justicia y la misericordia. Por ese motivo ocupan el lugar que ocupan en La sangre del pelícano. Y también por ello ocupan un lugar principalísimo en mi corazón de hombre y de escritor".
2 comentarios:
Vaya, buceamos en parecidos lagos, estoy leyendo La sangre... y me está gustando; aunque, la verdad, tiene un aire a El Padre Elías y prefiero este último.
Pero bueno, todo ayuda a lo que se trata: construir una cultura a la altura de la dignidad del Hombre.
Estoy de acuerdo contigo. Cada día se publica un monton de basura.
Hay que celebrar la aparición de obras como estas que son respectuosas con la verdad a la para que distraidas.
Luego sobre gustos no hay nada escrito y las habrá de mejor y peor calidad.Pero su mera existencia ya es un logro.
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