EL SUEÑO

Creo que no me equivoco si afirmo que todos tenemos un sueño en la vida, o incluso varios. Soñar está bien pero también hay que saber hacerlo. Tener una ilusión siempre será positivo si se pone el empeño necesario en conseguir lo soñado. Lo sustancial de los sueños es no quedarse dormido, ser una persona activa, luchar por conseguir unas metas, unos objetivos.

Existe un tipo de personas que se pasan la mitad de la vida soñando con castillos en las nubes. A mi me da mucha pena la gente que siempre está hablando de un futuro hipotético que nunca acaba de llegar, personas que se auto-engañan, que no aceptan la realidad y que esperan que las soluciones les caigan del cielo.

Los sueños -las ilusiones- nos han de servir para tirar adelante en la vida. Cuando la mirada a la cruda realidad alimenta nuestro desánimo, es el momento de alimentarse de los sueños para seguir trabajando por cambiar el mundo y conseguir nuestros propósitos.

Como el cuadro de Salvador Dalí que ilustra este Post -titulado "el Sueño"(1937)-, los sueños, al igual que las muletas, sirven para aguantar el rostro de la realidad en un equilibrio difícil pero necesario con la misma realidad.

Si, hay situaciones en la vida en las que no nos queda más remedio que esperar, pero por lo general la solución a la mayoría de asuntos se encuentra en nuestras manos y en el trabajo constante del día a día. ¡Manos a la obra!