Este es el avión con el que fuimos a Roma. Será porque no estoy acostumbrado a viajar pero a mi me cuesta creer que estos bicharracos de hierro sean capaces de volar. Pero sin embargo una vez que cojen velocidad levantan el vuelo con gran facilidad y alcanzan el cielo.
Algo parecido ocurre con la Iglesia; parece que sea pesada pero te lleva al cielo; en efecto los de afuera peden pensar que las normas que la Iglesia “impone” sean de hierro pero sin embargo cuando estas dentro, cojes velocidad y...¡levantas el vuelo!.
Esta desconfianza que existe hacia las cosas “no empíricamente demostrables”, me parece un poco absurda. De hecho no creo que nadie haya dejado de subirse a un avión por no “entender”, ni “quedarle demostrado”, que el avión pueda volar (y mantenerse en vuelo). La gente normal acepta la realidad y “se fía” de la experiencia de otros, sin hacerse mas preguntas que la de ¿funciona o no funciona?.
Yo no entiendo como es que los aviones puedan volar, la verdad es que tampoco lo he preguntado, y aunque me lo explicaran tampoco creo que lo pudiera entender..., pero es una realidad, es así. Con la Iglesia igual; serle fiel funciona, es una realidad, es así; millones y millones de personas lo han atestiguado a lo largo de la historia, y millones de personas lo siguen atestiguando día a día con el ejemplo de sus vidas.
Y si hay alguien que lo dude, por favor ¡que no se suba a ningún avión!
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